La selva amazónica corre un gran peligro. Entre los devastadores efectos del cambio climático y la intervención del hombre, se estima que tan solo en el primer trimestre del 2022 la deforestación aumentó en un 64% con respecto a la misma fecha del año pasado. El área de vegetación perdida alcanza un tamaño de 941 kilómetros cuadrados, lo que la convierte en una zona más grande que la ciudad de Nueva York.
Es por este alarmante tamaño que el reconocido paracaidista brasileño Luigi Cani -en caída libre a una velocidad de 300 kilómetros por hora- realizó la gran hazaña de esparcir más de 100 millones de semillas en una zona deforestada de la selva del Amazonas, con el fin de recuperar la flora desaparecida.
Este gran salto permitió al deportista liberar 27 especies de árboles nativos de la región, las cuales tienen un índice de germinación que está por sobre el 95%. Además, no requieren de intervención humana, por lo que podrán brotar y sobrevivir sin que se corran riesgos de dañar aún más la selva.
Si consideramos que cada árbol al año puede almacenar un total de 21,7 kilogramos de CO2, esto supondría que la iniciativa permitiría disminuir las emisiones de carbono del ambiente en aproximadamente 2 millones de toneladas al año.
El operativo de esparcimiento de las semillas fue llevado a cabo a alrededor de 4.260 metros de altura, desde los cuales Luigi Cani saltó tras la caja biodegradable de más de 1 metro cuadrado que ya había sido liberada, y que contenía 300 kilogramos de semillas de vegetación autóctona.
Al llegar el contenedor a los 1981 metros de altura, el paracaidista se sumergió en los cielos para alcanzar la caja en caída libre en el momento y altura precisos para asegurar su máxima distribución.
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Fuentes: Ecoportal, Observatorio ambiental de Bogotá, Futuro 360.
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