Mientras el COVID-19 se expande alrededor del mundo, en nuestro país hay miles de familias que no tienen agua potable para cubrir necesidades básica y menos para lavarse las manos. Greenpeace alertó que “en la actual crisis sanitaria que enfrenta el país debido a la expansión del Coronavirus, hay 400.000 familias chilenas que están siendo abastecidas de agua a través de camiones aljibes y que se encuentran en clara desventaja para protegerse ante la emergencia”.
“La situación de emergencia sanitaria que enfrentamos deja en evidencia la grave falta de acceso al agua. Hay una enorme desventaja entre los privilegios que tiene el sector productivo en relación con los hogares de miles de familias. Es duro decirlo, pero hoy, en medio de la emergencia por el Coronavirus, los paltos y empresas mineras de Chile tienen más agua disponible que una familia que quiere lavarse las manos para protegerse de la enfermedad”, dijo Matías Asun, director nacional de Greenpeace.
De acuerdo con la información que entregó Greenpeace el día 22 de marzo, hay 147 comunas con escasez hídrica, y en el actual contexto de la pandemia, cada chileno requiere una mayor higiene personal. Esto hace que sume a su gasto diario entre 60 a 80 litros extra de agua, equivalente a una ducha de 5 minutos diarios.
Los embalses encargados de entregar agua potable a la ciudadanía en medio de la crisis, tienen niveles críticos. Así por ejemplo, el embalse El Yeso, que entrega agua a Santiago está en un 40% de su capacidad, y según las fotografías entregadas por la NASA, entre 2016 y 2020 el agua se ha reducido de 219 a 99 millones de metros cúbicos de agua.
La crisis chilena y el Código de Aguas
En el actual código de agua, creado 1981 durante La Dictadura, se priorizan las actividades económicas como la minería, la agricultura de exportación y la forestal. El sistema existente de derechos de agua señala que son perpetuos e intransferibles. Son factores que impactan en cómo se distribuye el agua y que también generan escasez o agravan situaciones de carencia como es una sequía”, explicó la profesora Fragkou.
Por su lado el director nacional de Greenpeace también señala que es evidente que el país discuta el uso que daremos al agua en una nueva constitución.
“Es evidente que el país requiere en su próxima discusión constitucional un análisis profundo respecto del uso que daremos al agua en el futuro. Es efectivo que hoy el agua está reconocida como un bien nacional de uso público, pero el problema es que permite que privados y empresas puedan establecer derechos de aprovechamiento de carácter perpetuo. Es cierto que enfrentamos una megasequía, pero también es verdad que hemos asistido durante ya demasiado tiempo a un megasaqueo que hace urgente una modificación al Código de Aguas y a la Constitución”.
El cuidado y buen uso del agua es un tema urgente a tratar por parte de las autoridades. Es cierto que cada persona puede hacer un aporte desde su casa, pero el tema de fondo es limitar el uso por parte de las grandes empresas y evitar su aprovechamiento.
Fuentes:
https://www.greenpeace.org/
http://www.fau.uchile.cl/
https://www.elmostrador.cl/