Nuevo informe condena el impacto ambiental del Fast Fashion

La industria de la “moda rápida” continúa causando daños ambientales significativos, según un nuevo informe titulado “El precio ambiental de la moda rápida” publicado el 07 de abril en la revista Nature Reviews Earth & Enviorment. Sus autores ofrecen una visión general de los impactos ambientales de la producción de moda, invitando a las empresas, los gobiernos y a los consumidores, a reflexionar y reexaminar el modelo actual para hacer negocios y adoptar alternativas como la producción, reventa, reparación y reciclaje, así como procesos de fabricación más sustentables.

El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), dice que la industria de la moda es responsable del 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y, según los autores del estudio, es el segundo después de la industria de la aviación. La ropa es producida por una cadena de suministro larga y compleja que comienza con la producción agrícola petroquímica (para crear fibras sintéticas), el procesamiento químico de telas y la fabricación de prendas, y termina con la entrega a las tiendas y las ventas posteriores. Involucra a aproximadamente 300 millones de personas en el camino, desde agricultores hasta trabajadores de la confección y personal minorista.

Impacto Medioambiental

 Como ya hemos escrito en artículos anteriores, la cantidad de recursos que se necesitan para confeccionar ropa es enorme.

Se necesitan un promedio de 200 toneladas de agua para producir una tonelada de textil. El algodón es una de las materias primas que más necesita agua, ya que requiere el 95% del agua utilizada para el riego de cultivos textiles.

Confeccionar unos jeans por ejemplo, requiere unos 7.500 litros de agua, el equivalente a la cantidad de agua que bebe una persona promedio en siete años.

Esto ha provocado escasez de agua en muchos países, donde la industria de la moda es responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel global.

Es una industria que utiliza grandes cantidades de pesticidas y químicos. Mientras que los primeros se usan mucho en los cultivos, en particular del algodón, el segundo se utiliza para hilar, tejer, blanquear y teñir telas. La mayoría de las telas que se venden en Europa se procesan fuera del continente, lo que dificulta saber qué hay en ellas. Una empresa Europea de textiles, utiliza más de 466 gramos de productos químicos por kilogramo de textil.

El transporte es otro gran responsable de las emisiones. La cadena de producción de ropa es ineficiente ya que involucra diseñadores y una mano de obra que fabrica la ropa desde dos extremos del mundo distintos, norte y sur, y es en en este último lugar donde además se suman condiciones laborales paupérrimas y uso de mano de obra infantil, un hecho significativo en el costo final, ya que si a los trabajadores se les pagara lo que corresponde, el valor de las prendas subiría y no serían low cost. Estas “largas cadenas de suministro significan que las prendas pueden haber viajando alrededor del mundo una o incluso varias veces durante su transcurso.” Además se suma a este antecedente, el uso de carga área en vez de barcos para ahorrar tiempo “se estima que mover solo el 1% del transporte de prendas desde el barco a la carga área podría generar un aumento del 35% en las emisiones de carbono.”

¿Cuál es la solución?

El estudio argumenta que el modelo del “fast fashion” es insostenible y que debe ser cambiado.

Tanto los procesos de producción como las conductas del consumidor, deben modificarse, debemos crear consciencia sobre los procesos que conlleva hacer un producto a la moda a un bajo costo y de una forma tan rápida. Para cambiar este modelo, todos debemos colaborar, desde la industria textil, hasta las empresas de moda y los consumidores. “Limitar el crecimiento, reducir el desperdicio y promover una economía circular.”

El primer paso es salir de la “montaña rusa de la moda rápida” donde se presentan nuevas prendas de vestir y colecciones cada semana y se venden a precios muy bajos. Salir del consumo excesivo que sólo perpetúa la construcción de mala calidad y genera residuos exorbitantes.

La ONU Medio Ambiente considera que “si se promoviera un cambo en las formas de consumo mediante medidas como el mejor cuidado de la ropa y los programas de reciclaje y devolución, se podría tener un mayor impacto, y que con sólo duplicar el tiempo que usamos cada prenda de vestir podríamos reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero que produce la industria de la moda.”

Para finalizar, es importante que dejemos de ver la moda como un entretenimiento y la empecemos a ver más como una compra más funcional. Este informe es una invitación a cuestionarnos todo, a reflexionar sobre nuestro consumo y a preguntarnos la próxima vez que veamos a esa fashion blogger con la última tendencia en moda, si es algo que realmente necesitamos.

Fuentes:

https://www.nature.com/articles/s43017-020-0039-9?proof=trueMay

https://news.un.org/

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