Nuestros hábitos de consumo y especialmente el tipo de empaque en que vienen nuestros alimentos y otros consumibles, afectan en gran manera nuestra huella de carbono. Los productos que se utilizan por una sola vez tienen un ciclo de vida muy corto y van directo a los botaderos, lo que significa que toda la energía que se ocupo en fabricarlos es desechada.

Por otra parte los productos que se reciclan tienen un ciclo de vida mucho mayor y por ende parte de la energía que se utilizó en fabricarlos es ahorrada. De esta manera reciclando ahorramos energía y, haciendo ésto, disminuimos nuestra huella de carbono. Por eso reclicar es reciclar carbono.

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Si seleccionas más de 1 material, el sistema deplegará aquellos puntos de reciclaje que reciban TODOS los materiales elegidos.